jueves, 19 de septiembre de 2013

De vuelta....

Así es, después de varios meses sin pasarme por el blog, ya estoy de vuelta...Welcome back to school, muy apropiado al mes en el que estamos.

No quiero aburriros con lo que he estado haciendo en estos meses, así que voy a ir directamente al grano y presentaron uno de los mejores sitios en los que he estado este verano. Es un restaurante que está en Carril (Galicia) y se llama Loxe Mareiro


El sitio es inmejorable, justo al borde de la ría de Arousa. La historia del local la conocí a través del blog Tramussos d'Àfrica"La historia del lugar es bonita: Emilia y Nacho, un matrimonio de pintor y empresaria, encontraron una casita en Carril, en la ría de Arousa, perfecta para retirarse del mundanal ruido. Amantes de la gastronomía, convirtieron el espacio en un restaurante o casa de comidas privada, reservada sólo a sus amigos y conocidos, gente de su entorno. Desgraciadamente Nacho murió por una enfermedad y Emilia, deseando que aquel hogar del buen comer continuase vivo, se fue a buscar a los chicos del Abastos,  cocineros ya conocidos en Galicia".

A nosotros nos llevaron unos buenos amigos de Vigo que ya saben que nos gusta comer bien y si es en un sitio especial mejor.
Para empezar te recomiendan tomar el aperitivo fuera para que puedas disfrutar de las vistas y si es la cena, como fue nuestro caso, del atardecer. 
Sencillamente espectacular.
Todos los productos que ofrecen son gallegos (no hay Coca-Cola aviso). Esta vez tomamos: ostras, navajas y berberechos, se me hace la boca agua solo de recordarlo... Todo ello regado con un albariño excelente presentado en un cubo de todala vida, fuera florituras.


Una vez terminamos el aperitivo, pasamos dentro. El comedor es muy sencillo, todo pintado de blanco y con motivos marineros, como corresponde al lugar en que estamos. Las mesas y sillas son un poco setenteras, a mi me recordaban a las que había en la cocina de mi madre cuando era pequeña, los cubiertos, cada uno de su padre y de su madre y los platos, sencillos, lo importante es la comida, no la vajilla. 

En definitiva, un sitio sencillo y exquisito al mismo tiempo, dando la importancia a las cosas que lo merecen, en este caso, la comida, y no a cosas tontas. Y, por encima de todo, cariño en todo lo que hacen.
Salí encantada, exceptuando el gin tonic, la ginebra era demasiado especiada.


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