lunes, 14 de enero de 2013

Una casa llena de color

La casa de la arquitecta experta en joyería, Eva Palao, transmite alegría nada más verla.
La casa está en Barcelona, en un edificio del Ensanche del año 1900, con los característicos suelos hidráulicos de la época (que ya sabéis que me encantan) y techos altísimos. 

Los suelos hidráulicos se mantuvieron en el salón y en la cocina, pintando la habitación con una gama cromática similar, lo que confiere a cada estancia su propia personalidad.

En el salón se mezclan objetos etnicos como la ventana antigua marroquí o las maletas Louis Vuitton, con los pufs de cuero de colores llamativos. El efecto es espectácular.


 





El comedor, conectado al salón se diferencia con un suelo hidraúlico diferente. En este espacio conviven obras de arte, recuerdos de viajes, piezas de almoneda y creaciones contemporáneas.

Fijaos en la cabeza de David, customizada por Karen Peters
El contraste de la cocina en gris y acero, con el amarillo diferencian las distintas zonas de esta. No os perdáis la pared de pizarra, decorativa y práctica a la vez.




En el dormirorio donde el contraste del negro de las paredes con el blanco del techo, dan un aire sofisticado y elegante. La nota de color lo ponen los cojines, mantas y lámparas.

¿Qué me decías de la colección de zapatos de la  arquitecta? Me los quedaría todos.








 En el baño toda la atención se la lleva la famosísima imagen  El beso, del fotógrafo Robert Doisneau, impresa en un vinilo microperforado colocado entre dos cristales que forman la mampara.

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